De repente ya no eres tú, ya no eres la hermana, la amiga, la hija, la compañera... Ya te has convertido en la mamá de un bebé que, sin apenas haberlo visto un minuto, ya hace tiempo te robó el corazón para siempre.
La cabeza va a más revoluciones por minuto de lo que tu cerebro puede procesar. Te duelen los pechos, te duele la cicatriz, la cabeza... Pero lo que más duele es el miedo, el miedo a esa nueva vida de la que a partir de ahora eres “responsable”. Duele la incertidumbre de no saber si sabrás hacerlo medianamente bien, duele el no querer herir a nadie, aunque lo único que quieras en ese momento es estar sola, duele la responsabilidad, duele el dudar por todo, duele la duda de saber si sigue respirando, duele el abismo al que os habéis lanzado, duele...
Pero de repente, ella está ahí, sí justo a tu lado. No necesita ni ir a comer, incluso ese miedo que ella tiene (aunque lo sabe disimular perfectamente) le hace vomitar, porque solo quiere estar a tu lado, siendo el pilar fundamental que ha sido siempre. No necesita coger al bebé, aunque es lo que más desee en este mundo, porque solo quiere sujetarte a ti. Solo con mirarte, sabe lo que necesitas y ella te lo ofrece, sin ninguna presión. Te peina como a ti te gusta porque sabe que te relaja. Te dice con su mirada que todo irá bien y que tú podrás con todo. Deja todo atrás por estar a tu lado esos últimos días, esos en los que más miedo crees que tienes, esos en los que más tensa estás, aunque eso le acarree algún que otro gesto malhumorado. Se traga sus nervios y te acompaña en cada momento, pese al rollo que a otros les pueda parecer estar esperando largas horas a ver si algo surge efecto y por fin llega el bebé, ella está ahí haciendo que ese tiempo pase más rápido. Ella siempre está ahí y siempre tiene ojos para ti, la primera mirada siempre es para ti y siempre será así.
Puede que para todos ya hayas pasado a ser la mamá de... pero para ella siempre serás su hija.
Gracias mamá por estar siempre ahí, contra viento y marea. Gracias por ser mi apoyo incondicional. Gracias por todo lo que haces. El apoyo de papá hace que todo esto sea posible.
¡Sois mi ejemplo a seguir!
De mayor quiero ser... mi mamá.