domingo, 20 de septiembre de 2015

Un beso más que cada día llegará hasta el cielo.

Los últimos años no han permitido mostrarte tal y como tú siempre has sido. Pero eso no quita para que en nuestros corazones te sintamos como tú realmente eras.

Una abuela llena de energía, de vida, de cariño y preocupación por los suyos. Esa abuela que se tiraba al suelo y nos columpiaba con sus piernas. Esa abuela que siempre nos sacaba una sonrisa con sus espontáneos bailes de salón, abrazándonos muy muy fuerte, o con sus canciones o con sus rimas siempre divertidas.

Esa abuela que siempre nos animaba a seguir luchando y estudiando, para que sacáramos quinces como ella lo hacía.

Esa abuela tan carnavalesca, que cualquier momento y cualquier cosita le servía para disfrazarse y animar a todo el que estaba a su lado.

Esa abuela que hacía que sintiéramos su casa como la nuestra propia, con flases siempre preparados en la nevera, el chocolate de las tres tazas en el cajón de la concina que nunca podía faltar, incluso acceso directo al monedero para coger la propina sin ni si quiera pedir permiso. Tu casa era nuestro particular patio de recreo, donde el cariño era el ingrediente esencial. En definitiva, una abuela que, como abuelo siempre decía, no paraba de alcahuetarnos.

Abuela siempre has estado orgullosa de nosotros, siempre nos has mostrado tú amor incondicional, tu viveza y energía, has hecho que nuestras infancias hayan sido muy especiales, como tú lo eres para nosotros. Por ello queremos dedicarte y agradecerte con estas líneas todo lo que has sido, eres y siempre serás para esta familia.
Gracias abuela por todo lo que has hecho por nosotros, por habernos mimado en cada momento, por habernos mostrado siempre un lado divertido de las cosas, por tus momentos de compañía, por ser siempre una abuela moderna, por no haber parado de luchar, y por dedicarnos tu sonrisa en todo momento.

Cada día seguiremos sintiendo tu sonrisa y tu manera especial de decir nuestros nombres (tu voz diciendo Luuuuuuudiiiiii irá siempre conmigo).

 Ahora tu sonrisa brillará al lado de la de abuelo y de la de Isa.


Abuela Emi, te queremos profundamente.

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